Cuando tu hijo necesita una ostomía lo más natural es que lleguen las preguntas y preocupaciones. Seguramente piensas si es la única opción y si en verdad tu pequeño o pequeña tendrá que usar una bolsa de colostomía. En este artículo te daremos algunos consejos para que puedas darle el mejor acompañamiento a tu hijo ostomizado.
Salud mental
Cuando tu hijo se haya recuperado de la cirugía hay numerosas formas en que puedes darle apoyo y ser para él una fuente de fortaleza. Anima a tu pequeño a hablar de lo que siente, escúchalo siempre y permite que hable con naturalidad sobre su colostomía y el uso de su bolsa de colostomía. Esto hará que para él sea más natural y se mitigue el temor de ser rechazado por amigos o familia.
Cuando el niño es muy pequeño lo más probable es que se acostumbre antes que tú a su situación. Por el contrario, si tu hijo ya comenzaba a enfrentarse a la adolescencia y pubertad esta etapa se vuelve aún más difícil. Los cambios en su imagen corporal pueden ser una fuente de estrés, además de hacerle sentir poco atractivo, rechazado o diferente.
Sea cual sea el caso, es probable que tu primer instinto sea sobreprotegerlo. Recuerda que siempre y cuando sigan las indicaciones dadas por el médico, tu hijo puede llevar una vida sin mayor limitación. Tu hijo debe sentir que entiendes lo que le sucede como usuario de bolsa de colostomía, así que actúa con tacto pero ayúdalo a recuperar su independencia y escúchalo siempre.
Si empiezas a notar que los cambios en su conducta no ceden, bajan sus calificaciones, tiene irritabilidad o comienza a perder el interés en cosas que disfrutaba, es importante acudir con un especialista en salud mental.
Salud física y la bolsa de colostomía
Al principio será necesario que tú te encargues de los cuidados de la cirugía de tu hijo. Poco a poco irá aprendiendo cómo cuidar por sí mismo de su estoma y el uso correcto de la bolsa de colostomía. Un niño pequeño es perfectamente capaz de aprender a cuidar de sí mismo colaborando en distintas partes del proceso.
Puedes iniciar pidiéndole que te ayude a juntar el material para cambiar su bolsa de colostomía, después ayudarte a cambiarla hasta que llegue a poder cambiarse y limpiarse por sí mismo. Aunque claro, es importante que estés presente en todo momento en caso de que necesite ayuda.
Mantener el sentido del humor y una actitud positiva serán muy importantes para que el proceso sea más llevadero. Mientras estés consciente de que habrá errores y cambios conforme tu hijo crece verás cómo disminuyen con el paso del tiempo. Podría haber ajustes en la dieta, problemas en su piel o con la bolsa de colostomía, pero poco a poco verás que es más fácil sobrellevar estos cambios.
El regreso a clases
El primer paso es informar a la escuela de la situación de tu pequeño. Deben estar preparados para responder ante cualquier problema que se presente en el horario escolar. Además, sabrán qué cuidados deben tener en las actividades para que tu hijo no se sienta excluido.
Te recomendamos entregar al colegio un kit con todo el material necesario. Este kit debe incluir todo lo que usas con tu pequeño en casa: bolsas de colostomía adicionales, un cambio de ropa, barreras cutáneas, etc. El objetivo es que tu hijo tenga lo que necesite en caso de tener una fuga. Mientras él y la escuela sepan lo que deben hacer, la presencia del kit será la última pieza clave para que tenga un día tranquilo y sin preocupaciones.
Seguramente tu pequeño querrá compartir con sus amigos lo que le sucedió. Es normal que las personas tengan curiosidad. Suele pasar que en cuanto termina el relato sobre la cirugía el tema se da por sentado y tu hijo será reintegrado a su círculo como si nada. Ya que tu hijo seguramente repetirá lo que tú le digas sobre su ostomía, es importante que tú hables de manera natural sobre su situación para que él también lo haga.
Tú y tu hijo se están enfrentando a una nueva situación en la vida. Si la abordan con sentido del humor, determinación y sinceridad, descubrirás que usar una bolsa de colostomía no es impedimento alguno para que tu pequeño o pequeña participe en las actividades cotidianas de la vida.